Netlabels & News reviews “Compilation Works 1996-2005”

Compilation Works
Si ya los propios estilos musicales son polémicos y discutibles en cuanto a su exactitud y alcance, resultando la mayoría de las veces solo vagas y aproximadas etiquetas orientativas; hay un debate que todavía va mas allá: ¿que puede considerase música y que ruido? La pregunta es mas compleja de lo que puede parecer, ya que la definición mas aceptada de este ultimo dice que “es ruido todo sonido no deseado”, según esta primera acepción lo que para alguien es deliciosa música, pues le resulta una experiencia sonora placentera, para otro puede ser ruido ya que le molesta, desagrada, no entiende o no es capaz de decodificar. Puede incluso darse el caso de que la misma pieza sonora agrade o disguste a la misma persona según el momento, las circunstancias o (muy importante) dependiendo de la forma y el entorno de reproducción: volumen, intensidad de las frecuencias, etc. Esto apunta a una segunda definición; el “ruido como un sonido de un intensidad o potencia acústica tan alta que puede resultar incluso perjudicial para la salud humana”, un sonido con mas de 90 db puede provocar incluso lesiones irreversibles, lo cual es menos discutible.

Pues bien, sobre todo durante los últimos 100 años, coincidiendo con el nacimiento y desarrollo de las técnicas electrónicas de creación, grabación y reproducción del sonido, este debate se ha erigido en el centro de las inquietudes e investigaciones de muchos “artistas sonoros”. Uno de los más relevantes es Marc Behrens, con una biografía repleta de actividades, es un artista que trabaja en varios frentes, audio, instalaciones, fotografía, vídeo, grabaciones de campo en distintos viajes, etc. Además es miembro de varias e importantes asociaciones y fundaciones de música electrónica y arte sonoro.

Han existido varias tendencias que han insistido y profundizado en el asunto, habitualmente se denomina Glitch a la corriente que hace hincapié en el “error técnico” o el “desliz digital”. Su (en principio) carácter involuntario hace que sea considerado “ruido” cuando se “cuela” en el proceso de grabación, pero su repetición deliberada lo convierte en un elemento (voluntario) mas de la textura sonora, además a veces su uso tiene connotaciones filosóficas: “el hecho de que la sociedad occidental este tan obsesionada por perfeccionar su entorno, sus herramientas y todo lo que nos rodea puede haber creado la necesidad de escaparse por parte de algunos artistas, que para eludir esa perfección y mantener el famoso “toque humano” usan deliberadamente los errores” (Marc Behrens).

Parece tener implicaciones de protesta, reacción transgresora o de cuestionamiento de lo valores estéticos tradicionales. Si por un lado el auge de la tecnología y la informática hacen que cada vez sean posibles grabaciones y producciones increíblemente perfectas por limpias y depuradas parece surgir paralelamente una añoranza por los “ruidos” o interferencias, a su vez también provocados por la propia tecnología. Esta también permite una mayor investigación: una profunda inmersión en los elementos más básicos y mínimos del sonido, lo cual nos lleva a la dimensión “científica” de estas corrientes.

El tema excede con mucho las pretensiones de este post, pero viene motivado porque es todo un lujo que Marc Behrens se haya decidido a publicar para la sección libre de Crónica Electrónica una recopilación de 19 piezas que repasan 10 años de su trabajo, donde podrás experimentar esta tendencia llevada al extremo.

via Netlabels & News

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